PRELUDIO.

Hoy nace la revista digital del conservatorio. Es La síncopa, en la que profesores y alumnos vamos a hablar sobre cultura, arte y sobre todo de música. Podría parecer que la interpretación y la reflexión teórica sobre la música están en polos completamente opuestos y es que la relación entre la música y la teoría, a veces, es un poco complicada. Un exceso de teoría puede convertir la obra en un producto meramente intelectual olvidando la propia naturaleza de la experiencia musical. Existe un cuento infantil que narra la historia de un monstruo cuya mirada convertía los instrumentos musicales en piedra. El monstruo solo podía escuchar música cuando se tapaba los ojos. Recordemos que Teoría , θεωρία (theōríā), procede del griego y significa algo así como mirada u observación. Pero, a poco que pensemos más seriamente en ello, podemos ver que esta brecha entre la teoría y la práctica es algo mucho más sutil y no es tan evidente tal polarización. Según el compositor Cristóbal Halffter, por ejemplo, componer es algo así como racionalizar la intuición. La función del intérprete sería, por tanto, descifrar esa racionalidad en términos emotivos y expresivos.

La teoría es el marco desde el que miramos y damos sentido a lo que nos rodea. El cambio de perspectiva de esa mirada es lo que ha provocado que la música se haya descrito a sí misma una y otra vez a lo largo de la historia, en términos cosmológicos, éticos o filosóficos. Es natural y humano el tratar de describir un fenómeno tan misterioso como éste que parece señalar a lo más profundo de nuestra constitución psíquica y emocional. Pero, a pesar de todos los esfuerzos, la música, siempre escapa a una definición absoluta o indiscutible.

En este blog trataremos de hablar sobre nuestra experiencia musical, de los compositores y los instrumentos, lo que las obras significan y lo que los alumnos van descubriendo con ellas. Pero con el afán de aprender y de preguntar más que de dar respuestas definitivas. El nombre de síncopa nos viene al pelo en esta tarea. Ésta viene a ser una contradicción rítmica, un desplazamiento del sentir natural del compás, tan estimulantes musicalmente como las ideas lúcidas que estimulan el pensamiento.